El analista en su acto y posición en la urgencia subjetiva

La apertura de un dispositivo nuevo en el que trabajo y la lectura de Grifoll, “Modos de presentación de la urgencia1 me han despertado la pregunta de ¿cómo abordar una descompensación clínica psicótica en la institución, estableciendo un corte al goce que desborda, desde la ética?

La institución sanitaria está atravesada por la exigencia de la época de resolver rápidamente los fenómenos que emergen2, en ocasiones silenciándolos o anestesiándolos. En algunos casos, sobre todo de psicosis, la cadena significante “remisión sintomática” comanda las intervenciones de los profesionales en los dispositivos. Así pues, ante un desencadenamiento en la psicosis el objetivo prioritario es “resolver la urgencia médica vinculada al riesgo, a la seguridad para sí y para terceros”3. Lo que suele conllevar una valoración para su hospitalización. En este contexto la urgencia subjetiva queda relegada a otro momento. Sin embargo, en los dispositivos existen dificultades para “alojar a los sujetos que atraviesan esta problemática” de la urgencia4. Dificultad que quizás tenga que ver con la tendencia a no-saber de lo que le ocurre al sujeto, impidiendo así subjetivar la urgencia y permitir que deje de ser algo ajeno para él. Este no saber no-saber tiene una serie de implicaciones en el tratamiento del caso. En general, hay cierto temor a adentrarse y se aprecia cierto cariño por parte de los profesionales a hacer existir una “voluntad de control a cualquier precio, de sujeción”5. Así bien, se favorece el ser experto, tener experiencia, algo que incumbe a lo imaginario. Con eso el profesional se tropieza, “hasta el punto de haber llegado a regular su andadura sobre su exploración sistemática en el sujeto”6.

Esta exploración sistemática del sujeto lleva a la par un tratamiento protocolizado, sistemático, donde se establecen unos temas a abordar. Pudiese parecer que así se produce un acercamiento a la experiencia del sujeto, a su goce; sin embargo, “al hablar al paciente en su lenguaje, no por ello se le devolverá su palabra”7.

¿Cómo pensar esta sistematización? En ocasiones se puede entrever la angustia del profesional ante la ausencia de demanda del sujeto psicótico ya que él tiene el objeto a (sus voces, por ejemplo). “Y eso por lo cual ustedes están en su presencia justificadamente angustiados es porque el loco es el hombre libre”8. Posiblemente, esa angustia ha conllevado un aumento de enfoques de tratamiento donde en ocasiones habla más el profesional que el sujeto, donde la palabra de éste poco se tiene en cuenta. De esta manera, el tratamiento de la psicosis pasa por hacer de él algún tipo de segregación, ahora se les considera como objetos de estudio y no como “punto de interrogación a nivel de lo que remite a cierta relación del sujeto, a lo que sitúa al sujeto por relación a ese algo que calificamos de objeto extraño, parasitario, que es la voz, esencialmente”9.

Con toda la sistematización se acalla así la palabra del sujeto y también la angustia del profesional que se ve atravesado por ella en la relación con la psicosis. Este sentimiento particular ante el loco, Lacan anima a seguirlo “debería, en nosotros, constituir el progreso”10 de ocuparse verdaderamente del psicótico.

Teniendo en cuenta este marco, ¿cuál es el acto y posición del analista? La rigurosidad y la ética marcarán la respuesta al desprenderse del apresuramiento de concluir. Hay tiempo para realizar un diagnóstico que tenga en cuenta la singularidad que atraviesa al sujeto. Se elimina el temor a retroceder ante la psicosis siguiendo el propio deseo de desear la sorpresa, tanto de ser sorprendido como de sorprender. Sin olvidar que la sorpresa pertenece al neurótico y el enigma al psicótico. Para atravesar estas cuestiones, es necesario un cambio con respecto a la palabra del psicótico. Se acoge su palabra a través del silencio “Ese silencio que es el privilegio de las verdades no discutidas”11. Éste es el acto del analista, y como acto que es, supone un sujeto.

Con estas coordenadas se produce un cambio en relación al no-saber labrando un camino en el que “el análisis no puede encontrar su medida sino en las vías de una docta ignorancia”12.

inesbellopombo@gmail.com

Inés Bello es simpatizante de la ELP, sede de A Coruña de la comunidad de Galicia.

 

Notas:

  1. Grifoll, Carmen. “Modos de presentación de la “urgencia”. De la urgencia a la urgencia subjetiva”. 2024 .
  2. Sotelo, María Inés. “Dispositivos para el tratamiento de las urgencias subjetivas”. 2015.
  3. Ibid., Id.
  4. Ibid., Id.
  5. Miller, Jacques-Alain. “De la sorpresa al enigma”, Los inclasificables de la clínica psicoanalítica. Paidós, Buenos Aires, 1999, p. 20.
  6. Lacan, Jacques. “Variantes de la cura tipo”, Escritos 1 (1955 ed.). Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1985, p. 341.
  7. Ibid., p.325.
  8. Lacan, Jacques. “Breve discurso a los psiquiatras”. 1967.
  9. Ibid., Id.
  10. Ibid., Id.
  11. Lacan, Jacques. “Variantes de la cura tipo”, op., cit., p. 313.
  12. Ibid., p. 346.