¿Atiende de forma virtual?
En el texto de Antoni Vicens, “El significante de la transferencia”1 presentado en el eje, Interpretación y transferencia a la entrada, se destaca la presencia del analista situándola como la razón por excelencia para hacer pertinente el discurso analítico. A modo de contrapunto, tomo un signo de la época, la aceleración e incidencia en nuestra vidas de las tendencias digitales, la multiplicidad de usos que no necesitan de la presencia y cada día están más asentados. Durante la pandemia, determinante en este proceso, se produjo un debate muy interesante en el seno de la Escuela sobre la presencia del analista a propósito de la virtualidad impuesta, la edición nº 20 de la revista Letras, recoge el fecundo trabajo realizado y ha sido fuente de inspiración para escribir estas líneas.
Hoy no sorprende que el primer cruce de palabras en la petición de primera consulta esté presidido por la pregunta ¿atiende de forma virtual?
Esta pregunta y la respuesta a dar puede abrir distintos escenarios. El analista practicante debe ofrecer una atención que es sin estándares pero no sin principios, advertido por tanto que él debe ofrecer la presencia, conocer la función que esta tiene en la dirección de la cura analítica.
¿La comodidad es la razón que hay detrás de estas demandas? Seguramente lo es en muchos casos, no en todos. La exigencia de inmediatez imperante responsable de anular el tiempo de comprender, se alía con la comodidad supuesta y dificulta la posibilidad de orientar mejor este primer encuentro. Así pues, la “normalización” de la atención virtual puede convertirse en un escollo a sortear cada vez, la apuesta por hacer pertinente el discurso analítico se puede manifestar desde el primer intercambio. Cómo y qué se diga a partir de un: dígame, abrirá o cerrará puertas de entrada a las entrevistas preliminares, objetivo que orienta nuestra práctica apoyada en la categórica indicación de Lacan: “no hay entrada posible en análisis sin entrevistas preliminares”2.
Para iluminar la relevancia de la función de la presencia, tomemos la repartición que Miller plantea en los Usos del Lapso al decir que: “..hay una parte simbolizada, pero necesariamente hay otra que no lo está y de la que se puede decir que el testimonio es la presencia del analista en carne y hueso”3. Esta división esclarece algo esencial al ubicar la función de la presencia como vía regia para acoger un indecible, en palabras de Nieves Soria4,“la presencia de su cuerpo viviente (del analista) en la sesión es la metáfora de lo indecible”.
Para que se produzca esta acogida debe instalarse previamente un amor llamado de transferencia, es necesario para que el dominio de este amor entre en articulación con el dominio de la pulsión, que se produzca, es de hecho el objetivo que justifica la realización de las entrevistas preliminares.
En estas entrevistas debe producirse una rectificación subjetiva capaz de promover que el sujeto pueda someterse a partir de entonces a una lógica donde, a través del trabajo pulsional, se vacíe el síntoma de goce. En definitiva, la virtualidad per se, no impide ciertos desarrollos implícitos en le transcurso de la experiencia analítica, de hecho y dado que la pantalla no es obstáculo al despliegue de la cadena significante podemos preguntarnos por ejemplo, si hubo entradas en análisis o no durante el confinamiento duro ¿puede quedar instalada la transferencia pantalla mediante? ¿puede localizarse la posición del sujeto en esas condiciones? lo que con seguridad no puede ofrecer la virtualidad es el cuerpo viviente al que alude Nieves Soria, la pantalla no hace metáfora, no tiene el alcance “en carne y hueso”. El refranero es una fuente inagotable de sabiduría a la que podemos recurrir, tomemos este refrán: “quien coma la carne que roa el hueso”, quien se beneficia de algo debe soportar las incomodidades, algo que concuerda muy bien con la ética del psicoanálisis. Soportar las incomodidades sin demonizar la virtualidad, orientará en cada ocasión cómo dirigir al demandante hacía las entrevistas preliminares, portal imprescindible antes de traspasar el umbral donde realizar la experiencia del inconsciente.
Es precisamente por esta razón que unas Jornadas de la ELP no se hacen vía Zoom, salvo fuerza mayor, lo que no impide que se apoye en la virtualidad en el trabajo preparatorio, es el caso de la web en las Jornadas. A modo de conclusión quiero agradecer la generosa respuesta que encontré al extender las invitaciones desde que entré a formar parte de la comisión web de esta edición. Entre virtualidad y presencia pueden pasar cosas muy interesantes.
Maite Esteban es miembro de la ELP y AMP.
Notas:
- Vicens, Antoni. “El significante de la transferencia” ↑
- Lacan, Jacques. Seminario 19 bis… Ou pire “El saber del Psicoanalista” (charlas en Ste. Anne). Clase 2 del 2 de diciembre de 1971. ↑
- Miller, Jacques-Alain. Los usos del lapso, Paidós. Buenos Aires, 2012, p. 22. ↑
- Soria, Nieves.”L¨âme a tiers y lo vivo del cuerpo en la sesión analítica” . Revista Letras nº 20, p. 10. ↑