¿La frase de entrada?
Cuando tuve el libro en mis manos el objeto me desconcertó. Resultó que se abre por lo que parece la contratapa. Allí figura un comentario de la obra en tanto nota al final, es decir, como referencia de una cita que figura en otro lugar. Y al girar el ejemplar encontré la portada, el título, la última frase y el nombre de la autora, Camila Cañete.
¿La escritora proponía leer retrospectivamente desde el final? Pronto entendí que era mi suposición, lo que buscaba confirmar. Pero este ensayo magnífico responde fundamentalmente a la atracción de la autora por las últimas frases. Así dice cómo empezó ese magnetismo, abrir un libro significaba ir directamente al final, buscar su cierre. ¿Y la primera frase? La suya, con la que empieza, dice La primera frase es importante. Hay principios que pueden ser memorables o no recordados, buenos anzuelos o hipnóticos, estreno de un espacio donde se juegan las cartas del deseo y del rechazo. Pero… el mayor encanto de empezar una novela es saber que termina. Efectivamente, le interesaban los desenlaces.
Este texto es un prodigioso artefacto. Camila Cañete lo construye hilando su propia narración con las citas de 452 frases finales de 452 libros. No dudé en ningún momento de lo que ella afirma, su total entrega al escribirlo. Quizás porque sabía que este libro resultó su última frase. Murió de muerte súbita mientras dormía, pocos días antes de que apareciera publicado.
Y lo leí mientras me ocupaba de los textos de orientación de los colegas para estas Jornadas. Fue entonces cuando me surgió la pregunta, ¿hay frases que marcan la entrada en análisis? Ya sabemos que si es el caso, ellas serán singulares. No hay duda de que la frase final la declara el que saldrá por la puerta cuando manifiesta su decisión. ¿Y la frase de entrada? No es tan sencillo atraparla. Después de volver a leer testimonios de fin de análisis, constaté que es fruto de una reconstrucción, la que realiza el pasante en el dispositivo cuando elabora un saber sobre su recorrido. O sea, es en el tiempo retroactivo que apresa ese dicho singular que marcó la entrada.
Para resumir, entre la contingencia de la entrada y la imposibilidad comprobada al final, se jugó la partida.
Estela Paskvan es miembro de la ELP y AMP.