La estafa necesaria 

“[…] El psicoanálisis toma su punto de partida de la función de la palabra, pero la refiere a la escritura”.

Jacques Alain Miller, en Leer un síntoma1.

 

El nacimiento del psicoanálisis fue posible gracias a la disposición de Freud a escuchar a sus pacientes, atestiguando del efecto que la palabra puede tener sobre los síntomas.

Pero la elaboración de la experiencia, con Lacan, nos advierte que de no tener en cuenta lo real, la experiencia analítica se queda en estafa: “Hay todo un mundo entre el uso de los significantes y el peso de la significación, la forma en que opera un significante. De eso se trata en nuestra práctica: de abordar cómo operan las palabras”2.

El síntoma no sólo es causa de malestar, sino que implica una satisfacción. El estatuto de esta satisfacción es inconsciente, concierne a lo real y su relación con el sujeto está marcada por un rechazo fundamental ¿Cómo obtener el consentimiento para tratar la satisfacción que éste obtiene de sus síntomas?3

La entrada en análisis es la entrada en un dispositivo tal que permitiría tratar el goce del síntoma. Artificio que se instala a partir de la transferencia y que permitirá formalizar el síntoma abriendo una vía para poder abordar la dimensión del goce en juego. Se trata de una “estafa” que permite sortear el obstáculo del rechazo al goce implicando al sujeto en su queja a partir de la interpretación sobre lo que hace síntoma.

Cuando el sujeto acude a hablar de lo que lo hace sufrir se dirige a Otro, al que le supone un saber sobre el asunto en que está enredado. Esta suposición de saber es uno de los soportes de la transferencia, el otro, concierne al registro libidinal, donde se juega la elección del analista como heredero libidinal del Otro primordial y es incluso previa al encuentro.

El analista, a diferencia de otros “psi”, no responde con el afecto o con la empatía (que implica la comprensión), tampoco con su saber, sino que lo deja en suspenso y en su lugar invita a desplegar la queja sobre la que se fundamentan los síntomas.

La interpretación analítica no responde al nivel del sentido, sino que es una interpretación que introduce una lectura, soportada en la materialidad significante y en la lógica de la repetición4.

Por un lado, separa el S2 -el sentido articulado en la queja, pre-interpretación que el sujeto trae de las razones de su síntoma-, por otro introduce una lectura, que hace resonar los S1 en lo que el analista escucha como repetición.

Es aquí donde la palabra es referida a la escritura: la interpretación formaliza el síntoma en torno a un significante que ha sido extraído del discurso del sujeto, separado del sentido inicial anudado a la demanda y que resuena en diferentes dimensiones de la existencia, apareciendo como organizador del malestar.

En las entrevistas preliminares se trata de desplegar la demanda poniendo en función la palabra del sujeto para leer ahí la dimensión de la repetición. La interpretación descubre al sujeto su implicación en eso que hace síntoma, en tanto es algo que repite (incluso sin querer hacerlo, incluso sin darse cuenta). Este descubrimiento conmueve el sentido inicial e introduce la pregunta ¿Qué es esto que repito sin darme cuenta? de lo que sigue ¿cómo leer esto? La interpretación apunta a promover una nueva implicación subjetiva5.

Esta interpretación abre a la dimensión inconsciente mientras introduce una nueva relación con la propia palabra. La formalización del síntoma analítico, esta vez bajo transferencia pone en marcha la suposición de saber al inconsciente y abre una vía al trabajo analítico.

La intervención del analista introduce así lo singular de la relación del sujeto con el orden simbólico que se juega en sus síntomas y que concierne a su goce. Este es el punto de apoyo de la interpretación inaugural y es lo que hace lugar a la dimensión de lo real en la experiencia bajo el signo de la repetición, que es repetición significante pero también de una modalidad de satisfacción.

Si el psicoanálisis es una estafa porque moviliza el sentido, no lo es en tanto toma en cuenta la forma en que opera el significante y su efecto de goce. En este sentido lo real no espera al final de la experiencia, sino que está desde el inicio y es condición de la entrada.

Las jornadas serán una ocasión especial de ubicar la interpretación del analista y sus efectos bajo transferencia en la singularidad de cada caso.

ltroia@copc.cat

Leonora Troianovski  es miembro de la ELP y AMP.

 

Notas:

  1. Miller, Jacques-Alain. Leer un síntoma. Online blog de la AMP. 
  2. Lacan, Jacques. Conversaciones sobre la histeria.
  3. Miller, Jacques-Alain. Causa y consentimiento. Los cursos psicoanalíticos de Jacques Alain Miller. Paidós, Buenos Aires, 2019, pp. 111 -116.
  4. Miller, Jacques Alain. Leer un síntoma. Online blog de la AMP. 
  5. E. Laurent, “Modos de entrada en análisis y sus consecuencias”. Paidós, Buenos Aires, 1996, p. 21.