“La primera entrevista…
“La primera entrevista es de crucial importancia […] Esta apertura a la escena familiar permite vislumbrar el deseo que circula entre la madre, el padre y el niño […] Puede aparecer cómo un sufrimiento fue totalmente taponado y cómo resurgió por medio de la evocación de una simple pregunta. Puede suceder también que una demanda que implicaba al niño sea el pretexto para no expresar lo que cojea en la vida de la pareja, por ejemplo […] En esta primera entrevista van a detectarse los contrasentidos, los no-dichos, también aquello demasiado dicho, que perturban al niño y causan en él efectos complejos.”
Bonnaud, Hélène. El inconsciente del niño. Ed. Gredos, Madrid, 2014, pp. 56-57.
La llegada del niño pequeño ante un analista pasa por la iniciativa de sus padres, que acuden movidos por aquello que hace desafinar la polifonía familiar. En los primeros encuentros, el analista no pone interés en recopilar información para completar un saber sobre el infante, sino que se orienta por una lectura entre líneas con la que ir captando las huellas de cómo se ha constituido el Otro de referencia para el niño. Se trata de ir tejiendo la historia del sujeto en relación al deseo en el que ha sido acogido. Advirtiendo de qué ideal deserta se va a jugar la posibilidad de sorprender al niño respondiendo desde un lugar diferente al renunciar a la serie de los otros que requieren algo de él, en ocasiones haciendo malabarismos para poder escuchar la demanda de los padres sin alinearse con ella para poder abrir un espacio que permita al sujeto poder ir presentándose más allá de los decires del Otro familiar.
Cristal S. Pozón es participante de la sede de Vigo de la Comunidad de Galicia de la ELP.