El comienzo de los análisis a partir de lo real*

El comienzo de los análisis hoy, a la luz del último Lacan

En esta intervención intentaremos interrogar el comienzo del análisis, las entrevistas preliminares y el inicio de la cura, después de casi 30 años desde el congreso Cómo comienzan los análisis, celebrado en Turín en 1994 por la entonces Sección Italiana de la Escuela Europea de Psicoanálisis (SISEP). Desde entonces ha corrido mucha agua bajo el puente: hemos entrado en el nuevo milenio, la SLP fue fundada en 2002, los Otros Escritos y la mayoría de los Seminarios de Lacan han sido editados, las Escuelas del Campo Freudiano, incluida la SLP, se han consolidado. Por lo tanto, volver hoy al tema de las entrevistas preliminares y el comienzo del análisis tiene el sabor de un après-coup especial. Después de todo, en todos estos años hemos interrogado constantemente el tema del final del análisis y el pase a través de los testimonios de los Analistas de la Escuela, pero nos hemos centrado menos en la dimensión del comienzo del análisis y sus condiciones. Hacerlo hoy –lo que también ocurrirá dentro de unos meses a nuestros colegas latinoamericanos durante el próximo Congreso de FAPOL– tiene implicaciones particulares que deben tenerse en cuenta. Será un modo de dar cuerpo a la pregunta «¿Cómo comienzan hoy los análisis?», en el nuevo orden simbólico de principios del tercer milenio, a la luz de la práctica actual del psicoanálisis, y de verificar si podemos decir algo más y diferente de lo que decíamos hace 30 años.

La referencia a la última enseñanza de Lacan, y a la elucidación realizada por Jacques-Alain Miller en el contexto del Campo Freudiano, nos servirá como soporte para avanzar en esta dirección. Esta referencia nos ha llevado, sin duda, a modificar nuestra lectura del final del análisis y de la experiencia del pase, respecto a la versión que Lacan ofreció en los primeros escritos que dedicó al tema, en particular con respecto a la «Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela». Hemos aprendido, siguiendo la lectura de Miller, a no reducir el fin del análisis en Lacan al atravesamiento del fantasma, sino a repensarlo como ruptura del fantasma, separación del objeto de los semblantes fantasmáticos, y a combinarlo con una nueva relación con el objeto resto en el centro de nuestro modo de gozar, desligado del fantasma, una nueva alianza con la pulsión, a través de la identificación con el propio sinthome. ¿Qué consecuencias podemos deducir, en cambio, sobre el comienzo del análisis a partir de la última enseñanza de Lacan?

Hacia una nueva práctica de escucha analítica

En su último curso de 2010-2011, que tenemos el privilegio de tener traducido al italiano en el volumen editado por Antonio Di Ciaccia L’Uno tutto-solo, Miller nos invita a repensar la experiencia contemporánea del análisis a partir no de la relación del analizante con la elucubración del saber inconsciente que lo distingue, la cadena significante S1-S2, sino sobre todo a partir de la relación del analizante con el Uno del goce que lo distingue, con su significante-amo: su S1 solo, desprendido del S2 (Miller, Di Ciaccia, 2018, pág. 129). La última enseñanza de Lacan, que comienza en el Seminario XIX de 1971-72 aislando la fórmula “hay de lo Uno”, libera a la práctica analítica de una ontología semántica -también presente en la enseñanza clásica de Lacan- centrada en la primacía de la verdad del deseo inconsciente como dimensión esencial del ser hablante. El último Lacan propone más bien la transición a una henología, en la que en el centro de la operación analítica está lo real del goce del analizante, goce Uno desconectado del Otro, singular, no universalizable ni dialectizable. Miller nos invita, a la luz del último Lacan, a desontologizar y desublimar la práctica analítica, limpiándola de la adoración de la verdad y llevándola a captar lo real del síntoma (Ibidem, pp. 261-2). Esta perspectiva ofrece una nueva dirección a la escucha analítica, que Miller nos invita a poner en juego desde las entrevistas preliminares y el inicio del tratamiento. Esto no significa, claramente, abandonar el campo del lenguaje, sino fijarse en su parte material, en la letra más que en el ser (Ibid., p. 260), en el núcleo del sinsentido más que en el sentido. El analista, en su práctica, efectivamente «circula entre dos escuchas» (Ibid., p. 149): la escucha a nivel de la dialéctica, que abraza la ontología del discurso del paciente y se dirige hacia el deser; y la escucha a nivel de la repetición, que apunta hacia la existencia. Dos dimensiones de la escucha, nos recuerda Miller, «…que sólo están conectadas a través de una pausa» (Ibid.).

Suplemento real al algoritmo de la transferencia: la urgencia subjetiva y el analista como el Uno que se es

En su texto de 1994, que concluye el congreso italiano “Cómo comienzan los análisis”, Miller destaca cómo Lacan nos transmitió el matema del comienzo del análisis en el algoritmo de transferencia expuesto en la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”: su intervención “El comienzo de los análisis” (SISEP, 1995, pp. 260-274; Miller, 2001, pp. 137-148) es, de hecho, una elucidación de esto. Aquí Miller subrayaba la discontinuidad del concepto de transferencia de Lacan respecto de la tradición psicoanalítica que el algoritmo pone de relieve: a partir de la reformulación del algoritmo saussuriano, indica el resorte de la transferencia en la dimensión simbólica de la cadena significante inconsciente, su irreductibilidad a los efectos imaginarios de la transferencia atribuibles a la dimensión del significado, y a la separación estructural entre el eje simbólico y lo imaginario. El significante de la transferencia (St), ese significante enigmático vinculado a algo que no funciona en su vida y por cuyo significado se pregunta el analizante en las primeras entrevistas, es la fuente del comienzo del análisis. Pero necesita encontrar su propio asilo en un analista en tanto sujeto supuesto saber sobre lo que significa este significante, posición que en el algoritmo Lacan designa como Sq, significante cualquiera. La transferencia como sujeto supuesto saber se estructura cuando se producen estas dos condiciones: el surgimiento del significante de la transferencia y la presencia de un analista para recibirlo. Lacan aclara que no es tanto el analista como tal quien es este sujeto supuesto saber, y que efectivamente es mejor para él no caer en la trampa de considerarse como tal si quiere operar como analista. Más bien, es el inconsciente del analizante el que constituye el lugar de esta suposición, es decir, su creencia en el inconsciente. En el análisis, el analizante recorre todas las significaciones fundamentales que conciernen al enigma que está en la base de su propio síntoma, hasta llegar, cerca de la conclusión, a la caída del sujeto supuesto saber. Sin embargo, ya en este discurso del 94, Miller subrayó los límites de este algoritmo consistentes en el hecho de que «…no podemos encontrar lo que la vida solía hacer, los colores de la concepción libidinal de la transferencia» (Miller, 2001, pág.147). En otras palabras, se trata de repensar el comienzo de los análisis, expresado ​​en el algoritmo de transferencia, integrando la realidad de la experiencia de transferencia: el analista como objeto agalmático (presente en el lugar de agente del discurso analítico) y la dimensión del análisis como forma de gozar del inconsciente, lo que explica la dificultad de muchos analizantes para separarse de él y concluir su recorrido analítico.

A estas observaciones quisiera añadir dos puntos que nos permiten dar un suplemento de real al algoritmo de transferencia como forma de pensar el comienzo de los análisis. Ante todo, la importancia de la dimensión de urgencia subjetiva como condición impulsora del comienzo de un análisis, tal y como Lacan nos indica en el último texto contenido en Los Otros Escritos: el «Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI” de mayo de 1976 (Lacan, 2012, págs. 563-65). Podríamos decir que, para que un análisis comience, no hay significante de transferencia que no esté arraigado en una dimensión real de urgencia subjetiva. En su curso sobre El ultimísimo Lacan, Miller ofrece al respecto un comentario a la letra en su primera lección (Miller, 2013, pp. 9-22), articulando la diferencia entre el inconsciente transferencial (el atribuible a la estructura del algoritmo de la transferencia) y el inconsciente real (irreductible al sujeto supuesto saber). Es la urgencia en tanto emergencia de lo que hace agujero, la condición preliminar a la demanda de análisis (Ibidem, p. 20).

El segundo punto concierne en cambio al analista, segundo elemento del par St-Sq del algoritmo de transferencia. Creo que debemos repensar su función, a partir de las preliminares, teniendo en cuenta lo que Lacan dice al respecto en un pasaje del Seminario XIX, cuando afirma que «…el primer paso de la experiencia analítica consiste en introducir lo Uno en tanto el analista que se es” (Lacan, 2020, p. 123). La existencia de un psicoanalista es la condición que permite iniciar un análisis: es «el acto de entrada» (Bassols, 1995, p. 108-113), el sí fundamental que permite el paso del 0 al 1, haciendo posible el despliegue del trabajo del analizante en la cadena transferencial S1-S2. Quizás por eso Lacan insistió en la cardinalidad de la existencia de los psicoanalistas para el futuro del psicoanálisis.

Domenico Cosenza es psicoanalista, miembro de la Scuola Lacaniana di Psicoanalise (SLP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP).

 

Texto publicado en Dossier de la AMP. Blog. Nº 4. “Entrevistas preliminares”

Traducción Rosa Vázquez. No revisada por el autor.

 

Bibliografía:

  • Bassols, Miquel. “L’atto di entrata”, SISEP L’inizio delle analisi. Ed. Escuela Europea de Psicoanálisis, Turín, 1995, pp. 108-113.
  • Lacan, Jacques. “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”, Otros escritos. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2016, pp. 261-277.
  • Lacan, Jacques. “Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI”, Otros escritos. Op. cit., pp. 599-602.
  • Lacan, Jacques. (1971-1972) El Seminario, libro 19: …O peor. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2020.
  • Miller, Jacques-Alain. “L’inizio delle analisi”. I paradigmi del godimento, Ed. Astrolabio, Roma, 2001, pp. 137-148.
  • Miller, Jacques-Alain. L’Uno tutto-solo. L’orientamento lacaniano, Antonio Di Ciaccia (Coord.), Ed. Astrolabio, Roma, 2018.